
Reducir el impacto en el medio ambiente de una población cada vez mayor
Replantear la forma en que construimos resulta indispensable en un planeta cuya población no para de crecer. En menos de un siglo, la Tierra ha pasado de albergar 2 mil millones de seres humanos a casi 8 mil millones. Mañana, a esta misma hora, habrá en el mundo unas 150.000 personas más (lo equivalente casi a una población como Badajoz). Y esto ocurre día tras día.
La explosión demográfica supone un crecimiento exponencial de la población mundial y de la densidad de habitantes por kilómetro cuadrado. Según Naciones Unidas, “se espera que en los próximos 30 años la población mundial aumente en 2 mil millones de personas”, las cuales necesitarán nuevos edificios en forma de viviendas, lugares de trabajo, colegios u hospitales, entre otras edificaciones.
Edificios que contribuyan al equilibrio entre las personas y su entorno
La investigación y la innovación en materiales y técnicas constructivas, junto a la aplicación de nuevas tecnologías, son esenciales para conseguir reducir el impacto en el medio ambiente y afrontar los desafíos que plantea la necesidad de albergar a una población creciente y cada vez más urbana. Edificar y rehabilitar de manera respetuosa con el entorno y saludable para las personas.
¿Qué debe cumplir un edificio sostenible?
La construcción sostenible es la práctica de crear construcciones y utilizar procesos que respeten el medio ambiente y sean eficientes en términos de recursos a lo largo de todo el ciclo de vida del edificio, desde la elección del emplazamiento al diseño, construcción, funcionalidad, funcionamiento, mantenimiento, renovación y derribo.
El concepto de sostenibilidad, que está en su centro, contempla la resiliencia del entorno natural y las prácticas que influyen en él. La adaptación al entorno es una de esas primeras condiciones básicas de sostenibilidad. Fomentar la biodiversidad del espacio, y emplear materiales de bajo impacto ambiental, aportan tantos efectos positivos como la reducción de emisiones de CO2 en la construcción.
Sin olvidar que la sostenibilidad garantiza el bienestar de las personas para las que se construye, su confort y seguridad. Esa habitabilidad tendrá en cuenta factores vitales como la accesibilidad, la iluminación natural, la regulación térmica y la calidad del aire interior.
Por último, sostenibilidad y eficiencia deben ir de la mano. Un correcto consumo de energía, y una adecuada gestión de los recursos y los residuos favorecerán tanto al entorno natural como a sus habitantes. Contribuyendo así a ese deseado equilibrio medioambiental, económico y social, por el futuro del planeta.